martes, 14 de febrero de 2012

PAISES DE NUESTRO ENTORNO

Los medios de comunicación de están haciendo eco de la satisfacción que determinados grupos manifiestan porque están en marcha las reformas del sistema financiero y de la regulación laboral, en línea con las de otros países de nuestro entorno. Con la expresión se refieren a países como Alemania, Francia, Suecia... Siempre pensé que de nuestro entorno serían Portugal, Italia, Grecia,... países mediterráneos también, de tradiciones y situación económica similares. Pero no. Se ve que miramos al norte para implantar reformas deseables. Y no me parece mal. Es preciso trazar metas ambiciosas, para alcanzarlas o, al menos, aproximarse. Pero entonces también quiero que dimitan de sus cargos todos los políticos que falsean sus biografías, como parece que ha pasado con D Tomás Burgos y Dña Elena Valenciano, como pasaría en Alemania. Quiero que los políticos, sea del nivel que sean, acudan a trabajar en su propio coche y sin guardaespaldas, como he visto hacer en Suiza al presidente del Gobierno. Quiero que los gestores públicos se sientan responsables de las decisiones que adoptan, sobre todo si suponen un cargo para el Erario Publico,y las expliquen a sus electores, como pasa en Inglaterra. Que los sindicatos se financien con las cuotas de sus asociados, como sucede en los países nórdicos. Que los grupos de presión deban presentarse abiertamente a la sociedad, como ocurre en EEUU. Que la prensa sea culta, informe sin condicionantes, no este atenazada económicamente por el poder político, como ocurre en el resto de los países del primer mundo. Y quiero que si la clase política adopta medidas que perjudican al común de los mortales porque lo considera preciso, primero ejemplifique restringiendo públicamente sus privilegios y se comporte después con la moralidad a la que nuestros sacrificios nos hacen acreedores.

1 comentario:

  1. Recordar el caso de Mona Sahlin en Suecia y el "affaire Toblerone". Vicepresidenta del país y principal candidata a ser la siguiente Ptimera Ministra. Tuvo que dimitir por cargar a la tarjeta del Ministerio unos gastos en una tienda 24 horas de unas chocolatinas, pañales y otros gastos menores, pues no tenía dinero en efectivo ni su tarjeta. La Sra. Sahlin devolvió ese dinero, pero trascendió a la opinión pública y fue tal la presión que tuvo que dimitir. Aquí todo ello,sería imposible que ocurriera. No se devolvería el dinero, nadie se enteraría y mucho menos se dimitiría.

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